En los días que estamos viviendo nos vamos encontrando con que muchos de los conceptos que habían regido nuestra vida, de una manera total o parcial, estaban centrados en una idea que se corresponde con el concepto de equilibrio estático, es decir nos encontramos bien sabiendo que nada puede cambiar, que nuestros patrones son algo inamovible; como si esos principios que habíamos ido adquiriendo a lo largo de nuestra vida o aprendizaje tuvieran que estar siempre pegados a nosotros o nosotros anclados en ellos.

En las situaciones límites, y esta que estamos viviendo en el año 2020 de nuestra era es una de ellas, nos encontramos con muchas experiencias, sensaciones, o decisiones que tenemos que tomar rápidamente, en ocasiones sin un tiempo de reflexión. Podemos pasar en cuestión de segundos de una situación de control, donde lo que sucede es lo esperado o predecible, a todo lo contrario, y todo ello con el impacto que generan estos sucesos en nuestra vida, o en nuestra forma de ser, de sentir. ¿Podemos con estas situaciones cuando nuestra mentalidad esta en el rígido planteamiento de un equilibrio estático?

Quizás sea el momento de plantearnos otro tipo de equilibrio, otra forma de ver o entender la vida, o a nosotros mismos, elegir un Equilibrio Dinámico.

¿Cómo podemos nadar y guardar la ropa? Es posible que llevando poca ropa y asumiendo que se pueda mojar. Ir ligeros de equipaje no quiere decir llevar pocas cosas, pero sí que estemos dispuestos a cambiar las cosas que llevamos, o a dejarlas en la camino, si fuera necesario.

Esto parece más o menos fácil con los objetos, y ¿qué sucede con las ideas, las creencias, las formas de comunicarnos, de relacionarnos?, ¿Dónde quedan las pautas sociales que daban tranquilidad y confianza a las personas?, ¿Realmente vamos a necesitar ejercer un control mas férreo en los ciudadanos, en sus relaciones, o mejor dicho, en cada uno de nosotros, o vamos a abrir nuestras mentes y corazones a un espacio de espacios; a una lengua de lenguas, a una piel con más de un color, a una alma con más de una expresión espiritual o religiosa?

Es curioso como estas ideas se acercan, se expresan de una manera clara, contundente, directa en muchas obras de arte. Cuántas veces hemos comentado cómo el uso de un sólo lenguaje expresivo limita la capacidad de empatizar, de sentir o de comprender en lo más intimo de nosotros mismos esa obra de arte. Insistimos con nuestras pequeñas palabras sobre lo que nuestras obras trasmiten cada día. La abstracción como lenguaje es indefinido y por ello nos permite ir más allá de las formas concretas, reconocibles, identificables, es decir, de lo conocido, limitado y rígido, lo que llamamos un equilibrio estático.

¡Cuánto nos puede aportar este lenguaje en los momentos de tensión! ¿Cómo podemos navegar empeñados en ir a un puerto concreto , cuando los vientos y mareas nos quieren llevar en otra dirección? ¡Ése es el arte de navegar! Cuando tenemos un potente motor que empuja nuestro barco nos olvidamos de este aprendizaje.

¿Y dónde estamos ahora?. En estos momentos de tensión, duda, miedo, control, con la ruptura de esos motores que nos han dado la confianza de llegar a un puerto, que quizás solo era bueno o deseado por unos pocos.

Invito a apostar por un equilibrio interior y exterior que nos permita movernos, que permita la acción aunque no sea exactamente hacia nuestro objetivo, un equilibrio que nos permita abrir nuestra mente u oídos para intentar conocer más a nuestro interlocutor, hablar con las personas por el hecho de compartir sus vidas, ideas, emociones, no sólo para ver que beneficio puedo obtener de ellas o como les puedo convencer para obtener mi objetivo.

Eso es DIÁLOGO, el motor del Equilibrio Dinámico. Cuántas veces intentamos que la vida, que las cosas que nos ocurren o que sentimos sean las que nosotros o nuestra mente quiere, y sorpresa, no es lo que sucede; ahí es donde podemos abrir un nuevo espacio o entorno, una forma de pensar y sentir que nos abra a todo lo que nos pueda pasar como una lección más, como un constante aprendizaje.

Mi compromiso como artista, materializa este concepto en una serie de esculturas llamadas PORTALES, realizadas en acero, con formas abstractas y dirigidas a nuestras emociones, sentimientos, a ese inmenso mundo que se esconde en nuestros subconscientes y que nos hace humanos.

Buscan la apertura de nuestros corazones para que ellos nos lleven, nos abran nuestras mentes hacia nuevos espacios interiores. Cada lectura o mirada es distinta ya que son totalmente asimétricas, cada día que las observamos nos aportan diferentes lecturas porque son un sutil reflejo de nuestro ánimo o sentimientos; podremos decir que están vivas, porque cada día las puede ver ese hombre nuevo que cada mañana nace , si nosotros lo queremos.

Escultura “Portal del Yin Yang” 2020

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies